Cuando trabajas en diseño y creatividad, uno de los temas de conversación más recurrentes es el de “¿Qué es lo que más te gusta diseñar?”. Es algo que te preguntan al menos una vez en cada presentación, reunión, entrevista, charla y reunión de compañeros que tengas, así que es una respuesta que tienes que tener más que preparada.
Si me lo pregunta a mí, la respuesta es clara: Los eventos.
¿Por qué? Suele ser la siguiente pregunta que todo el mundo te hace. Cada uno tendrá sus motivos subjetivos y personales, pero si nos ponemos serios y hay que exponer argumentos de peso de por qué consideras una cosa mejor que la otra, creo que los eventos ganan por goleada.
Ahí van los motivos de por qué los eventos son lo más creativo que te puedes echar a la cara dentro del mundo de la publicidad.
- Es el método publicitario natural
La publicidad como tal no nació hasta que lo hizo la industria y la competencia atroz entre empresarios, pero el acto de anunciarse para comerciar existe desde que el hombre es hombre. Uno diría que los primeros signos de dicha actividad eran los míticos «alba» y «libelli», los murales y tablones de anuncios de la antigua Roma, pero eso es inexacto. El acto de anunciarse existe desde antes de todo eso, incluso desde antes de la propia escritura. Los eventos existen desde antes de que existiera nada más, de hecho, podría considerarse que los eventos son parte de los pilares de la civilización humana. Gente que convocaba a otras personas por algún motivo y que estos acudían desde diversas poblaciones con el fin de anunciar o promover algo. Desde los espectáculos circenses del Imperio Romano hasta las tradicionales fiestas patronales, pasando por los mercados ganaderos de los pastores trashumantes antes incluso de que hubiese poblaciones permanentes. Todos ellos son eventos creados con el único propósito de reunir a gente en torno a una misma temática, aprovechando el acto para comerciar y dar a conocer algo o a si mismo. Son pura publicidad. Sobre todo si tenemos en cuenta que no existía otra manera de comunicar algo que reunir a todos para ello. Por tanto, los eventos son el medio natural para comunicar algo a un grupo numeroso de personas, si bien no es el medio al que más individuos llega (proporcionalmente es al que menos) sí que es el medio que más repercusión e impacto genera en el público.
- Es el más completo (360)
De todas las ramas de la publicidad, la que más tipos de servicio abarca son los eventos, pero con bastante diferencia, sobre todo si son grandes. Para un evento es necesario hacer mucha publicidad, basicamente, para que llegue al mayor número de personas posibles o, por el contrario, hacer publicidad muy exclusiva (y muy cara) para llegar a un público muy concreto e inaccesible. En cualquiera de los dos casos, la inversión es muy alta. Incluso para eventos pequeños, supone una inversión más que considerable.
Habrá que realizar todo tipo de elementos gráficos, tanto para decorar el espacio del evento como para anunciarlo, por no hablar de la vestimenta del staff, el mobiliario necesario o el entorno del espacio donde se celebre. Hoy día es impensable hacer cualquier cosa sin contar con el componente digital, por lo que también hará falta web, redes sociales, blog, newsletters y, en macroeventos, incluso apps, ¿La gente qué va a hacer en el evento? Tendrás que ponerle comida/bebida, música, actuaciones…algo que justifique que se hayan acercado hasta ahí y resulte ameno y memorable ¿De qué sirve hacer un evento si nadie lo ve o se entera? También necesitarás fotografía, video, figuración, iluminación…la lista de tareas y piezas gráficas puede resultar interminable. - Se miden resultados en streaming
¿Sabes eso de medir el ROI (return of inversion) después de una campaña? ¿O de comprobar cuantas veces ha sido compartida una publicación o cuántos «me gusta» tiene? ¿El número de impactos que ha tenido un anuncio gráfico? Pues bien, todo eso se hace DESPUÉS de la campaña. En los eventos, claramente, también hay una etapa de control y resultados, donde se mide el alcance y la repercusión que ha tenido el evento, pero realmente no te hace falta esperar para saber si has tenido éxito o no. En los eventos, tu target está presente mientras se desarrolla la campaña, y tú estarás allí con ellos. Vas a vivir in situ toda la campaña, vas a ver las reacciones, vas a ver el ambiente que se genera, vas a ver los errores, los éxitos, los fracasos, la actividad online y la repercusión que se está generando en el momento…todo eso en tu cara. No sólo lo verás tú, el cliente también estará ahí contigo. Él también va a percibir lo mismo que percibas tú y, encima, estará encima tuyo, presionándote para que esto o lo otro sea de una forma u otra, o pidiéndote explicaciones de por qué no se está consiguiendo lo que se busca, o queriendo improvisar por su cuenta. El nivel de estrés es bastante más alto que en cualquier otro tipo de comunicación comercial.
- La improvisación marca el ritmo creativo
Para mí, lo mejor y lo peor de los eventos son la misma cosa: La improvisación. No existe nada escrito y todo, o casi todo, depende del concepto que se busque, los proveedores que tengas y el tiempo y dinero que puedas gastar en ello. Es el medio de comunicación donde más ligado está todo al espacio donde se desarrolla y donde todo tiene que ir en armonía y comunicar conjuntamente. Es muy complicado hacer un modelo de evento reproducible en cualquier parte (salvo las ferias) porque los eventos van estrechamente ligados al sitio donde se celebren.
Por ejemplo, ¿Qué haces si el anunciante quiere un evento con unos expositores de madera rústica sin tratar y celebrarlo en medio de un bosque de pinares? Pues no le vas a decir que no…te buscas la vida para hacer un diseño que se parezca y adapte a las necesidades, buscas un carpintero que te lo pueda construir y te encargas tú de transportarlo y montarlo, y después, te buscas la vida para organizarlo todo en una finca entre pinares que cumpla con las necesidades indispensables. No hay modelos ni referencias, por lo que no te queda otra que implicarte a tope en todo el proceso (desde el diseño al montaje en el sitio, pasando por su fabricación) y encargarte de organizarlo todo dentro de esa localización que te has buscado.
Muchas veces, por las razones que sean, hay imprevistos que anulan o retrasan actividades y, al cambiar el organigrama, todo el mundo se queda paralizado sin saber muy bien qué hacer, esperando lo que haya que esperar para poder continuar el plan establecido. Ahí tienes que estar hábil para evitar que el ritmo decaiga. Cambia el orden de las actividades, adelanta las que puedas para poder retrasar la que está en pausa, ten preparado una alternativa «de escape» por si pasa algo así (un pequeño refrigerio o cocktail por ejemplo) y que nos deje ganar algo de tiempo, ameniza de alguna forma los tiempos de espera con música o estimulando el debate de alguna forma. Todos estos cambios implicarán una nueva organización, tenlo muy presente, porque si tú eres el responsable TODO EL MUNDO va a venir a preguntarte qué tiene que hacer ahora. Es decir, organiza todo antes de ponerte a hacer cambios a lo loco.
¿Cómo lo ves? ¿Se te ocurre algo más creativo que los eventos? Te reto a que lo encuentres 😀
Para todo lo demás, ya lo sabes, aquí estamos.